Resolución de 29 de noviembre de 2021 del Cabildo Insular de Mallorca (Illes Balears), referente al inicio del expediente de declaración como bien de interés cultural, con categoría de conjunto etnológico, del monasterio de Santa María de La Trapa, en el término municipal de Andratx.

2021-12-15 02:08:55 By : Mr. David Tang

En la sesión del 23 de noviembre de 2021, la Comisión Insular de Patrimonio Histórico, sobre el expediente de referencia acordó, entre otros, lo siguiente:

"I. Iniciar el expediente de declaración de La Trapa (Andratx) como Bien de Interés Cultural con la categoría de Lugar de Interés Etnológico, con la delimitación del Activo y del ambiente protector que consta en el informe técnico de 10 de noviembre de 2021, que se adjunta y forma parte integral de este acuerdo.

II. Suspender la tramitación de licencias municipales de fraccionamiento, edificación o demolición en la zona afectada, así como los efectos de licencias ya otorgadas.

Cualquier obra que deba realizarse en el predio afectado por la iniciación deberá ser previamente autorizado por la Comisión Insular de Patrimonio Histórico.

Esta suspensión dependerá de la resolución o caducidad del trámite.

El acuerdo de declaración deberá adoptarse en un plazo máximo de veinte meses a partir de la fecha de inicio del procedimiento. Una vez caducado el trámite, no podrá reiniciarse en los siguientes tres años, salvo que así lo solicite el titular del inmueble, de acuerdo con el artículo 10.6 de la Ley 12/1998, de 21 de diciembre, PHIB.

III. Comunicar esta resolución a los interesados, al Ayuntamiento de Andratx, al Gobierno de las Illes Balears.

IV. Publicar este convenio de iniciación en el "Boletín Oficial de las Illes Balears" y en el "Boletín Oficial del Estado" y anotarlo en el Registro Insular de Bienes de Interés Cultural de Mallorca y comunicarlo a la Comunidad Autónoma de las Illes Balears para que podrá proceder a su anotación en el Registro de Bienes de Interés Cultural de las Illes Balears y al mismo tiempo comunicar al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Estado las inscripciones y anotaciones que se realicen.

Todo ello de conformidad con los artículos 7 y siguientes de la Ley 12/1998, de 21 de diciembre, del Patrimonio Histórico de las Islas Baleares. "

El texto final está sujeto a los términos que resulten de la aprobación del acta.

Palma, 29 de noviembre de 2021. - El secretario técnico del Departamento de Cultura, Patrimonio y Política Lingüística, Josep Mallol Vicens.

Informe técnico del 10 de noviembre de 2021

La iniciación de este expediente responde a la solicitud realizada por el Grupo de Ornitología y Defensa de la Naturaleza de las Islas Baleares de declarar el Monasterio de La Trapa como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico o Lugar de Interés Etnológico.

El 13 de octubre de 2021, con el número de registro general 42247 ingresó en el Cabildo Insular de Mallorca, remitida por el Grupo Balear de Ornitología y Defensa de la Naturaleza la solicitud para iniciar la declaración de Bien de Interés Cultural, a favor del grupo de la Trapa. , ubicada en el municipio de Andratx. 

Este informe ha sido elaborado a partir de la consulta de la bibliografía especializada, así como la siguiente información:

- «Informe justificativo de la solicitud de declaración del predio La Trapa como Bien de Interés Cultural, polígono 2-parcela 436. La Trapa. 07159 Andratx, Mallorca ». (Contribuido por el GOB).

El conjunto de La Trapa (casas de posesión, conjunto etnológico, sistema hidráulico, ...), objeto de este expediente está incluido en el Catálogo del Patrimonio Histórico de Andratx, aprobado definitivamente con prescripción el 26 de octubre de 2012 y publicado en BOIB. número 169, de fecha 15 de noviembre de 2012.

El catálogo incluye como elementos incluidos:

- Monasterio y casas de posesión de La Trapa. Arquitectura religiosa 1810-1820 con el código de identificación AR142 y grado de protección integral.

- Conjunto hidráulico de La Trapa. Activos etnológicos S. XIII-XVIII, con el código de identificación EE163, y grado de protección integral.

- Complejo etnológico y área de terrazas de La Trapa. Activos etnológicos S. XIX-XX, con el código de identificación EE164 y grado de protección integral.

- Conjunto arqueológico medieval islámico-moderno, con el código de identificación JA29 y grado de protección integral.

- Yacimiento arqueológico talayótico-medieval, con código de identificación JA48 y grado de protección integral.

- Árbol de la Trapense, hermosa sombra (Phytolacca dioica) con el código de identificación EP453, y grado de protección integral.

El conjunto de La Trapa, en el municipio de Andratx constituye un ejemplo único de conservación y uso sostenible del territorio, desde su ocupación por los monjes trapenses a principios del siglo XIX, hasta la actualidad, con el modelo de gestión del GOB basado en en la preservación de la naturaleza y la difusión de sus valores. Este factor se suma a los importantes valores históricos, arquitectónicos, sociales, etnológicos y paisajísticos del sitio, que conforman un conjunto único.

El Monasterio de La Trapa, único de la orden cisterciense de estricta observancia (trapense) en Mallorca, constituye la expresión de un momento histórico singular y un ejemplo del uso del territorio. Este aprovechamiento del paisaje para garantizar la autosuficiencia de los habitantes generó la construcción de una serie de infraestructuras singulares que aún se conservan. Por un lado, un sistema hidráulico de tipo complejo (pozos, lavaderos, minas, canales, ...), testigo de la explotación agrícola del valle de Sant Josep y de una serie de elementos constructivos rurales de gran interés etnológico y geográfico. y arquitectónicos (terrazas, cabañas, lavanderías, círculos de silos, eras, hornos de cal, ...) que en su mayoría se construyen según la técnica de la piedra seca, que acentúa sus valores etnográficos y paisajísticos.

Asimismo, el 95% de la superficie de La Trappe está constituida por vegetación, lo que garantiza la existencia de un ecosistema natural rico y diverso que otorga a La Trappe valores ambientales y paisajísticos únicos. 

La finca La Trapa es un ejemplo único de paisaje cultural, un lugar donde el trabajo del hombre y la naturaleza conviven y han convivido de forma sostenible.

Ubicación: BIC: pol. 2 pares. 436. Medio ambiente: pol. 2 pares. 4, pol. 436, pol. 2 pares. 437, pol. 2 pares. 438, pol. 2 pares. 439.

Cronología: Monasterio: siglo XIX; conjunto hidráulico: siglos XVII / XVIII.

Usos: Original: monasterio trapense, finca, residencial. Uso actual: campamento de verano, centro de educación ambiental, etc.

Según NNSS Andratx: Suelo rústico de especial protección.

Según PTM: Terreno rústico protegido (AANP-Área natural de especial interés con un alto nivel de protección, ANEI, APR erosión, deslizamientos e incendios y APT litoral).

Protecciones vigentes: Catálogo de Patrimonio Histórico de Andratx, aprobado definitivamente con prescripción el 26 de octubre de 2012 y publicado en BOIB número 169, el 15 de noviembre de 2012.

Otras cifras de protección patrimonial:

- Red Natura 2000: Declaración de la LIC y ZEPA ES0000222 La Trapa, 2006.

- Declaración del Espacio Natural de la Sierra de Tramuntana, en 2007, y aprobación de su Plan de Gestión de Recursos Naturales (PORN).

- Declaración de la Sierra de Tramuntana como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011.

- Aprobación del Plan de Gestión Nature 2000 de la Serra de Tramuntana en 2015.

- Ley de Litorales: la finca está afectada por un área de dominio público terrestre marítimo y áreas de servidumbre asociadas.

- Refugio de vida silvestre desde 1984 en forma de estación biológica.

La historia actual de La Trappe no puede entenderse sin la llegada, en 1810, de la orden monástica de los trapenses. Sin embargo, se han documentado en la zona talayótica de asentamientos humanos; sin olvidar el descubrimiento de materiales romanos y la posible red de infraestructura hidráulica islámica original que sufrió diversas transformaciones entre los siglos XIII y XVIII.

Los trapenses, originarios de Francia, tienen su origen en una fracción de la orden cisterciense, que fue producida hacia 1662, por la comunidad de la Abadía de Notre-Dame de la Trappe, ubicada en Soligny-Trappe (Normandía), que ya se existió como monasterio benedictino desde el siglo XII. El objetivo de la orden era volver a una vida monástica más auténtica, retomando la primordial sencillez y austeridad de la vida cisterciense, que se basa en la regla de San Benito, que puso especial énfasis en el trabajo manual y la oración litúrgica y personal.

El viaje que trajo a los trapenses a Mallorca se remonta a diciembre de 1790, en plena Revolución Francesa, cuando se abolieron las órdenes monásticas y se confiscaron los edificios religiosos. Se vendió la Abadía francesa de Normandía, lo que provocó el éxodo de los monjes a varios países, como Suiza, Bélgica e Inglaterra, entre otros.

Los trapenses llegaron a España en 1793 con el deseo de fundar un monasterio en la finca de Santa Inés en Murcia, que había pertenecido a los jesuitas. Ese mismo año, en una epístola dirigida al obispo Pedro Rubio Benedicto-Herrero, ya se solicitaba autorización para que algunos monjes se instalaran en Mallorca. Los trapenses de Francia permanecieron un tiempo en La Misericòrdia de Reus y, durante un período de casi tres años, en el monasterio de Santa María de Poblet. En 1796, la comunidad trapense estableció definitivamente el priorato de Santa Susanna, cerca de Maella, Zaragoza, donde permanecería durante aproximadamente cinco décadas. En 1808, con la ocupación napoleónica de la península y el decreto de José Bonaparte de 1809 que suspendía todas las órdenes regulares, monásticas, mendicantes y clericales, los trapenses abandonaron tierras aragonesas en febrero de 1810 y marcharon hacia Alicante y Valencia, y, antes de la Las dificultades que surgieron en Andalucía, finalmente, se dirigieron a Mallorca.

El 15 de mayo de 1810 llegaron a la isla unos cuarenta monjes, encabezados por el abad Fructuoso, instalándose en la casa del oyente y decano de la Corte Real, Nicolau Campaner. En junio del mismo año llegaron el resto de los monjes, que eran una decena, según las fuentes. El magistrado también intercedió para que el canónigo Pere Roig cediera el valle de San José de la Palomera en Andratx, también conocido con el sobrenombre de Desierto de San José, a los trapenses, donde se instalaron ese mismo mes. 

A los monjes trapenses les gustaba vivir lejos de las ciudades, en soledad y silencio, dedicados a la oración y al trabajo agrícola. Las reglas de la comunidad trapense, estrictas tanto a nivel material como espiritual, condicionaron no solo todos los aspectos de la vida y la organización del tiempo, sino también el espacio físico en el que convivían, lo que implicaba una perfecta adecuación de las construcciones con el entorno natural.

Según la bibliografía, los edificios que componían el conjunto de Santa María de la Trapa se construyeron sobre los restos de un edificio preexistente, ya sea una antigua ermita o abadía, o una casa campesina. En cualquier caso, desde un principio, estas edificaciones resultaron insuficientes para albergar a toda la comunidad, lo que requirió puntualmente la realización de ampliaciones.

La primera construcción fue el oratorio dedicado a la Presentación de Jesús en el Templo y la Purificación de la Virgen. El conjunto principal, además del oratorio, contenía dos patios, uno dedicado a la herrería y otro a la carpintería, así como un almacén para todo tipo de herramientas agrícolas. El ala derecha del edificio estaba dedicada a la sala de los monjes, la cocina, el refectorio y la sala de estudio-biblioteca. Parece que también había una habitación para los trabajadores. Cerca estaba el cementerio. Lejos de este núcleo se encontraba el taller de tejedores, las lavanderías y el molino de sangre, que tenía adosado el corral y las caballerizas.

A pesar de las dificultades de las labores de extracción de piedra, en pocos meses la comunidad transformó el valle en una tierra agrícola fértil, escalonada y con un sistema de riego inteligente. De hecho, descubrieron una fuente natural de agua -demasiado escasa, pero suficiente para el autoabastecimiento- y abrieron un acueducto subterráneo, que cubrieron con una galería de piedra seca, que conducía a las casas, donde también construyeron una pequeña piscina. , a modo de tanque para el riego del jardín y la huerta, y para usos domésticos. Si este sistema hidráulico ya existía antes, los frailes lo aprovecharon y lo mejoraron con la ayuda de los albañiles mallorquines; pero hay que decir que ya conocían las técnicas de construcción en piedra seca, como lo demuestran las terrazas que ya habían ejecutado durante su estancia en Maella.

A la muerte del canónigo Pere Roig, en 1811, las tierras del valle pasaron a los trapenses ya estas tierras se añadió el dominio de Can Farineta, propiedad de Jaume Pizà, concejal de Palma. Desde entonces, el antiguo valle o desierto de San José de la Palomera de s'Arracó, recibió la denominación de Valle de la Trapa o simplemente Trapa de Andratx, para finalmente llamarse Trapa de s'Arracó.

La intención de los trapenses cuando llegaron a la isla no era fundar una comunidad monástica en Mallorca, sino refugiarse durante un tiempo de la guerra que afectó a la península. Por ello, una vez finalizada la guerra y constituidas las órdenes religiosas, hacia 1813-1814, la mayoría de los trapenses regresan al monasterio de Santa Susana de Maella. Sin embargo, una parte de la congregación permaneció en Mallorca. En 1816, Jaime Pizà les cedió también las fincas Horta y Horteta, ubicadas en el municipio de San Juan. En este período se levantó la fundación del monasterio, que aún no se había formalizado, y la comunidad incluso pidió ayuda al juez Nicolau Campaner, quien les había dado la bienvenida a su llegada a la isla. Sin embargo, con el tiempo esta fundación no se llevará a cabo debido a los próximos episodios.

En 1820, durante el Trienio Liberal (1820-1823), se abolieron las órdenes monástica, mendicante y clerical. Los trapenses tuvieron que abandonar La Trappe y, en poco tiempo, el oratorio abandonado se convirtió en un corral para el rebaño. Los carboneros arrasaron el bosque circundante y los vecinos saquearon todos los elementos constructivos que pudieran ser utilizados para sus viviendas: puertas, madera, hierro, tejas, etc.

Con el regreso del absolutismo, durante la llamada década ominosa (1823-1833), se restablecieron las órdenes regulares en sus monasterios y conventos por toda Mallorca, pero los trapenses no se restablecieron en La Trappe, a pesar de los intentos de el Ayuntamiento de Andratx en 1824 y 1825, con el apoyo del Ayuntamiento de Palma, la parroquia de Andratx, entre otras instituciones y personajes ilustres de la isla. La comunidad trapense, ya asentada en Aragón, no valoró la vuelta a Mallorca y subestimó la recuperación del valle. Sin embargo, la finca de La Trapa dependió del abad de Santa Susanna hasta la donación formal a la Casa General de la Merced, a finales de los años veinte. Aunque existe algún estudio que avala la tesis -más que discutible- de que La Trapa estuvo activa hasta su secularización en 1835.

Se lleva un inventario de los bienes, en relación a la cesión hecha a la Casa General de la Misericordia, en 1828. Este registro se refiere a las joyas de la iglesia, el mobiliario de la casa y el rebaño. Entre los objetos más preciados se encontraba la Virgen de la Trapa —modelada en barro cocido— que ya en 1848 está documentada en su actual emplazamiento, la iglesia de s'Arracó, aunque es muy posible que fuera trasladada antes. También cabe mencionar aquí el reloj que fue a la parroquia de Andratx, en Son Fortuny y el Ombú se conserva la campana del monasterio, árbol que plantaron los monjes a su llegada al valle y que después de 200 años sigue en pie.

Es factible creer que, en ese momento, las casas fueron abandonadas permanentemente, expuestas al robo que comenzó hace años, aunque se mantuvo la explotación agrícola. Ante la presencia de los trapenses, el valle sólo suministraba leña y carbón vegetal. La instalación de huertas y tierras de cultivo por parte de los monjes dejó un panorama muy diferente en 1825, cuando las tierras del Valle de San José y Can Farineta ofrecían cereales, algarrobas, hortalizas, legumbres y aceitunas.

Los bienes cedidos a la Casa General de la Misericórdia, como consecuencia de la desamortización de Mendizábal en 1835, son ahora gestionados por la Diputación. Años más tarde, en 1853, se subastó la finca. El militar Sigismundo Morey lo adquirió y luego se lo vendió a Gabriel Ros de la Calatrava. Diferentes propietarios convierten las casas del monasterio en casas de posesión, que permanecieron en pie hasta la década de los noventa. Como refleja la literatura de finales del siglo XIX, estas construcciones eran recientes, ya que, en el momento de la adquisición de la finca, solo quedaban en pie unos pocos muros del antiguo oratorio, con las ventanas. Las ruinas de la iglesia, tres arcos de medio punto dobles y una capilla con el altar mayor, permanecieron en pie hasta este momento. Sin embargo, habían desaparecido distintas dependencias, como la herrería, la carpintería, el telar y el sótano; y sólo quedaron en pie el molino de sangre y algunos establos.

En 1980, el GOB adquirió la finca La Trapa mediante suscripción popular. Desde entonces, la organización ambiental ha llevado a cabo la gestión de La Trapa, partiendo de un modelo de custodia territorial basado en la realización de proyectos que buscan la conservación de un espacio natural a través del involucramiento de los sectores afectados, involucrando a la sociedad civil en la protección. del medio natural.

Entre 1997 y 2012 el GOB y el Consell de Mallorca firmaron un convenio para la reconstrucción del conjunto arquitectónico con un proyecto de refugio de la «Ruta de la piedra en seco» que también incluía la recuperación de las terrazas y la explotación agrícola.

Actualmente La Trappe se dedica principalmente a la conservación de la naturaleza, la investigación, el senderismo y la educación ambiental. Un grupo de técnicos voluntarios trabaja en el proyecto de conversión del antiguo monasterio trapense en refugio de montaña siguiendo criterios de sostenibilidad, aplicación de sistemas constructivos tradicionales, respeto al paisaje y transporte reducido.

Es importante tener en cuenta los dos grandes incendios que sufrió La Trappe en 1994 y 2013, que modificaron su paisaje. Tras el gran incendio de 1994, donde se quemaron 1.500 hectáreas de bosques y matorrales, incluidas las 81 hectáreas de La Trappe, los grandes esfuerzos del GOB se centraron en recuperar la vegetación de la finca.

La finca Trapa está formada por dos valles que desembocan en acantilados sobre el mar y una sierra interior, frente a Poniente. Situada en el extremo suroeste de la Sierra de Tramuntana, entre el Puig de ses Basses y las Puntales de la Trapa, la finca ocupa unas 81 hectáreas y se ubica a unos 250 m. de altitud sobre el nivel del mar, con las casas ubicadas en la parcela 436. La finca tiene una parte con terrazas, mientras que las casas están ubicadas en una zona plana en la elevación media.

El acceso a La Trappe se puede realizar de tres formas:

1. Desde Sant Elm, camino de Can Tomeví.

2. Por el camino que cruza el Col de la Trapa, desde s'Arracó.

3. De camino al col de sa Gramola.

A nivel geológico, la zona está dominada por materiales calcáreos, y existe un patrón kárstico que, con la disolución de las rocas calizas por efecto del agua, da lugar a la creación de cavidades, simas y otras formaciones, de hecho , en la finca se han encontrado cuatro simas y cuatro cuevas.

Si bien el carácter de la finca es básicamente forestal (95%), destaca el conjunto arquitectónico del antiguo monasterio trapense y el conjunto de elementos etnológicos (terrazas, hornos, minas, ...), generados por las actividades agrícolas que se desarrollaban. en la finca. y que garantizaban la autosuficiencia, incluso antes de la llegada de los monjes trapenses.

La arquitectura del conjunto edificatorio responde a las necesidades de producción y autosuficiencia, respondiendo a las exigencias del orden trapense; organización jerárquica, austeridad y falta de ornamentación y comodidades. En cuanto a las características constructivas, se basaron en los materiales que ofrecía el entorno cercano: piedra, barro y madera.

Actualmente el conjunto de La Trappe está formado por un conjunto edificatorio que corresponde al antiguo monasterio trapense y las edificaciones que lo servían, como el molino, y por toda una serie de infraestructuras, como las terrazas paisajísticas y el sistema hidráulico, lo que permitió el cultivo de la tierra y la vida en el monasterio.

El conjunto edificatorio de La Trappe está formado por dos grupos separados por una gran terraza, por un lado, el antiguo monasterio, y por otro, el molino de sangre.

Monasterio y casas de posesión.

El monasterio y las casas de posesión se encuentran al sur del conjunto y están formadas por el edificio principal, la casa del horno, la capilla y el pajar. Estos volúmenes se distribuyen formando un patio abierto. El edificio principal albergaba las salas comunes de los religiosos (refectorio, dormitorio, salas de estudio) y las celdas de los monjes. También hay dependencias para talleres (carpintería, tejido, ferretería, ...), almacén o bodega. Junto a los talleres estaba el cementerio.

Por otro lado, en la casita encontramos dos hornos, uno grande que correspondería a la época en que vivieron los trapenses, y otro pequeño, posterior.

En cuanto a la capilla, es uno de los pocos ejemplos de vida religiosa. Aunque el edificio original se encuentra actualmente en ruinas, se trataba de una pequeña capilla (14/15 m de largo y 7 m de ancho) cubierta con bóveda de cañón dedicada a Nuestra Señora en el misterio de su Purificación y Presentación y que solo tenía la imagen de esta. una.

Las estructuras actuales son el resultado de las diferentes etapas constructivas, durante el uso por parte de la comunidad monástica, de los períodos de abandono y de su transformación como casas de posesión por propietarios posteriores. Son estructuras que, aunque muestran su origen como centro monástico, están muy transformadas y deterioradas, con importantes derrumbes de gran parte de las estructuras, restauraciones, reconstrucciones, etc. 

Según los estudios arquitectónicos realizados, el conjunto levantado por los monjes presentaría cuatro fases constructivas, seguidas de un período de abandono y su posterior transformación en posesión, convirtiendo, entre otras, el refectorio en cuadra o la capilla en gallinero. . En la primera fase se construyó un volumen de distribución interior, que en la segunda fase se reestructuró y amplió, dando lugar al volumen destinado a las celdas. La tercera fase se divide en dos partes, por un lado, la construcción de un muro de contención y, a continuación, la construcción de los volúmenes asignados a la capilla, refectorio y cocina con dos hornos y espacio cerrado construido en fases de generación anterior de un patio central. Durante la última fase, solo se agregó un pequeño volumen de construcción en el área este.

El análisis de la técnica constructiva muestra una arquitectura de raíces tradicionales, con el uso de piedra, suelo y cal en forma de mampostería en verde entrelazada con mortero de tierra, grava y cal. En las dos primeras fases se utilizó mampostería de piedra caliza unida con mortero de tierra; en la tercera fase, mampostería de piedra conglomerada con mortero de tierra y cal y, en este caso, las aberturas se construyen con obra de mortero y de mayores dimensiones que en las fases anteriores. Posteriormente, se utilizan indistintamente los diferentes materiales, así como el material procedente de partes demolidas de la propia construcción. 

A unos 150 m del molino de sangre encontramos un afloramiento de arenisca que constituía la cantera principal. Sin embargo, debido al volumen de trabajo realizado, esta cantera no fue suficiente, por lo que se aportó piedra de otras canteras. Todos los materiales se obtuvieron de las inmediaciones de las casas.

Los acabados se enyesan con mortero de tierra y cal con esgrafiado o enyesado liso. En los interiores, el acabado está revocado, con dibujos o pinturas en negro y ocre rojizo. Los marcos de los portales eran de gres u olivos silvestres y, en la tercera fase documentada, de mampostería. Los pisos originales eran de mortero de cal con cantos rodados y cuando se convirtió en casa de posesión se alicató con piezas de arcilla hexagonal.

Los suelos eran de madera de pino y el techo de caña cubierto con yeso y tejas árabes.

El edificio responde a unos esquemas impuestos por las necesidades de la Comunidad. La forma de organización de la comunidad monástica, así como su organización jerárquica, se reflejan en el tipo de arquitectura que se realiza, en su distribución, la ausencia de comodidades u ornamentación.

En la actualidad las edificaciones que presentan peor estado de conservación son el antiguo espacio religioso y los caseríos, los espacios más conservados corresponderían a las edificaciones de los lados sureste del principal, el lavadero o el molino de sangre (restaurado) y el mencionado. más tarde. En las edificaciones conservadas hay restos de pilastras de piedra con molduras, restos de lucernarios circulares, algunos de los acabados originales y restos de una escalera de piedra grabada que servía de acceso al primer piso desde el patio.

En las últimas décadas se han llevado a cabo algunas intervenciones específicas de rehabilitación, con el uso de nuevos materiales (como las algas) con los que se ha reconstruido la bóveda de cañón de la antigua iglesia, se han instalado vigas como umbrales o se han construido muros como contrafuertes para garantizar la estabilidad de las construcciones. 

Dentro del conjunto edificado también podemos tener en cuenta el denominado refugio del Fraile del Pan, independiente del conjunto, que también se encuentra en la finca y que ha sido rehabilitado y utilizado como observatorio ornitológico.

Como parte del conjunto edificatorio, pero ubicado al otro lado de la terraza, al norte, hay una pequeña construcción de dos niveles donde se encuentra el molino de sangre. Es el elemento mejor conservado, ya que fue rehabilitado hace unos años. Adyacente al molino encontramos el círculo del búnker de carbón. 

Además de las edificaciones, la finca La Trapa se caracteriza por la articulación del paisaje mediante la construcción de terrazas, edificaciones auxiliares y un complejo sistema de captación de agua de filtración. Los trapenses llevaron a cabo una gran transformación del valle en el que se asentaron, originalmente con un relieve accidentado, y que posibilitó el cultivo de la tierra y su propia subsistencia en una tierra árida que originalmente no podía cultivarse.

El conjunto de terrazas en La Trappe es el elemento principal de esta adaptación del paisaje. Las terrazas son el sistema mediante el cual, históricamente, se podía obtener suelo fértil en terrenos inclinados. Las terrazas actúan como muros de contención del suelo, escalonando la pendiente de la ribera y dando lugar a terrazas de cultivo donde se puede cultivar la tierra. Con las terrazas del terreno también se evita la erosión y deslizamientos y se favorece la filtración del agua de lluvia. La actividad agrícola en La Trappe, por tanto, se articuló sin excepción mediante un extenso sistema de terrazas, integradas y transversales al canal, en un intento de adaptarse estrictamente al terreno y a la curva de nivel, algo que a menudo ocurre en las terrazas en la forma de una U.

Si bien la datación de las obras que escalonan el valle de Sant Josep no puede concretarse con la precisión deseada, se acepta el año 1810, el del asentamiento de los monjes trapenses en el valle, como fecha de construcción del sistema de terrazas. . El sistema probablemente se completó durante los cien años entre la salida de los monjes de La Trappe, en 1820, y en años posteriores, en los que el lugar se estableció como casa de posesión.

La zona de terrazas de La Trapa se puede dividir en dos zonas, ubicadas en el canal de Cala Sanutges y el valle de San José. Por otro lado, ya nivel constructivo, se ven en todo el conjunto diversas etapas de anclaje y reparaciones. En términos generales, podemos decir que hemos utilizado dos técnicas para ejecutar las terrazas, que corresponden a dos épocas distintas, por un lado, la utilizada por los trapenses, que dio lugar a terrazas menos elaboradas, poco lúcidas, elaboradas. con piedras simplemente calcáreas. y posteriormente, a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el territorio fue explotado como una pequeña casa de posesión, se realizaron unas terrazas donde se utilizaron piedras escuadradas y talladas, colocadas incrustadas, técnica con la que se utilizaron las terrazas originales y nuevas se construyeron terrazas. En este tipo de terrazas empotradas, encontramos la singularidad de que la pared tiene pequeños orificios para colocar los troncos que se utilizaron para soportar las vides. Esto parece indicar que la construcción de estos muros está íntimamente ligada al cultivo.

Junto al paisaje aterrazado se ubican una serie de elementos etnológicos utilizados para la explotación del campo. Buena parte de este conjunto etnológico está formado por los elementos construidos durante la época en que los monjes habitaban La Trapa, pero también hay periodos posteriores.

Durante siglos se llevaron a cabo una serie de actividades, especialmente relacionadas con la explotación forestal (leña y carbón vegetal) hasta que, con la construcción de las terrazas, se viabilizó el cultivo de la tierra. De estas actividades forestales quedan restos de círculos de enterramiento de carbón vegetal, chozas de carbón y hornos de cal. 

De la época de los trapenses destacan las dos eras, una de ellas, la principal, considerada una de las más grandes de Mallorca, y que se sitúa en la zona más ventosa, para facilitar la separación del grano. La bibliografía consultada menciona una segunda época en La Trappe, ubicada en la parcela detrás del molino de sangre. No se han encontrado marcas ni signos convincentes de esta época, por lo que se puede considerar que falta por completo.

En el lado exterior del molino de sangre encontramos un círculo de carbón vegetal y muy cerca de la época hay un horno de cal en estado ruinoso. En la finca hay dos de estos hornos de cal, este mencionado y otro en Cala Sanutges. También se encuentran documentadas otras construcciones de las que no quedan restos o son pocas las visibles.

La Trappe era un valle árido y desprovisto de agua. Aunque originalmente se consideró que el origen del sistema hidráulico tuvo lugar durante el asentamiento de los monjes trapenses, en excavaciones recientes se han encontrado restos arqueológicos de materiales cerámicos romanos e islámicos cerca de las minas, promoviendo la hipótesis de la existencia de restos indeterminados anteriores. a la llegada de los monjes trapenses.

En cualquier caso, durante la ocupación de los monjes se construyó un complejo sistema hidráulico. En las terrazas superiores de las casas encontramos un sistema de minas de agua o canal, formado por tres pozos de captación, a los que se accede a través de tres transitables, que no están conectados entre sí. El complejo está conformado por otras pequeñas minas no transitables, combinadas con tuberías subterráneas y descubiertas que recorrían las terrazas hasta un estanque, desde donde se regulaba el flujo de agua a los huertos y llegaba a un lavadero ubicado frente a las casas. ya los abrevaderos. para animales. Este sistema permitió la absorción, filtración, captación y canalización del agua, hecho que garantizaba el posterior cultivo de la tierra, el cuidado de los animales y la subsistencia de los monjes de La Trapa.

Entre las minas destacan las tres superiores, más grandes, profundas y transitables, construidas con técnicas de piedra seca muy cuidadas utilizando la bóveda de arco ligeramente apuntado. Las minas más pequeñas tienen un círculo redondo. 

El sistema hidráulico no solo recogía el agua ubicada en los acuíferos, sino también el agua de lluvia que se filtraba por las terrazas.

En los últimos años se han realizado intervenciones encaminadas a la recuperación de este sistema.

Actualmente dos sitios arqueológicos están delimitados en la finca La Trapa. Por un lado, el Yacimiento Medieval Islámico-Moderno, que engloba todo el conjunto hidráulico descrito anteriormente, y por otro, un Yacimiento Talayótico-Medieval ubicado en el espacio de las terrazas superiores del Valle de San José, con una primera zona. distribuido en el lado oeste. de la terraza superior del Valle de San José, donde se han encontrado restos de cerámica y, por otro lado, la zona de la ladera del cerro que separa este Valle de San José del Comellar des Secrets, donde se derrumbaron restos de un grupo de estructuras; Revestimientos de piedra seca y otros usos de materiales en las terrazas cercanas. 

También se entiende toda la finca de La Trapa desde la importancia de la fauna y la vegetación en la configuración del sitio como paisaje. De hecho, hay que recordar que el 95% de la superficie de la finca La Trapa está formada por masa forestal. El paisaje vegetal de La Trapa está formado principalmente por dos comunidades botánicas: el olivar y la garriga de romero y brezo. Los pinos constituían la principal cubierta arbórea de estas dos garrigas, pero con el incendio de 1994 prácticamente todos los ejemplares desaparecieron. Aún quedan restos de encina, cerca del monasterio, que hace años ocupó una superficie mayor.

En relación a la fauna, cabe destacar la presencia de numerosas especies de aves. La Trapa es un importante lugar de anidación y descanso de aves migratorias, de hecho, está declarada por la ZEPA como un área importante para la conservación de las aves. También hay que recordar que La Trappe es un Parque Natural.

Como se desprende de lo anterior, la finca La Trapa es claramente la suma de un territorio natural y un paisaje valioso y, por el conjunto de elementos y transformaciones resultantes de la intervención del hombre en ese territorio. Este hecho permite catalogar a La Trappe como paisaje cultural, concepto definido por el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, como resultado de la interacción en el tiempo entre las personas y el medio natural, cuya expresión es un territorio percibido y valorado por sus cualidades culturales. , producto de un proceso y soporte de la identidad de una comunidad.

5.1 Estado de conservación tipológico.

El estado de conservación tipológico del monasterio es relativo, ya que, debido al estado de conservación física del inmueble y las intervenciones que se han llevado a cabo, la tipología de edificación no se ha conservado en toda su esencia. El complejo actual es el resultado de la degradación provocada por el paso del tiempo, especialmente en los momentos en que el complejo fue abandonado, así como de las sucesivas intervenciones y transformaciones que se han llevado a cabo a lo largo de los años. , ya durante la construcción del monasterio, que se estaba realizando en fases según las necesidades de las comunidades y acciones posteriores una vez que fue abandonado por los religiosos trapenses. Sin embargo, en el conjunto que ha sobrevivido hasta nuestros días, aún se podía distinguir la estructura arquitectónica original del antiguo monasterio y se reconocían sus usos característicos (refectorio, celdas ...).

Por otro lado, el estado tipológico de conservación de los elementos etnológicos (terrazas, minas, época ...) es bastante bueno, ya que no han sufrido alteraciones importantes a nivel tipológico, sino a nivel físico. En todo caso, la actividad agraria, que dio lugar a la construcción de todo esto, hoy en día no se conserva infraestructura, lo que agrava y dificulta el estado de conservación física y por tanto tipológica de este grupo etnológico.

Uno de los principales objetivos de los actuales propietarios y gestores es la recuperación agrícola y forestal de la finca, que pasa por una recuperación de los activos.

5.2 Estado físico de conservación.

El estado de conservación variará según el elemento en cuestión. Asimismo, hay que tener en cuenta que, desde hace unos años, el GOB, junto a un equipo de voluntarios, viene llevando a cabo un programa de recuperación de espacios naturales y arquitectónicos y la restauración del patrimonio etnológico de la finca, que el estado de conservación es difícil de valorar como algo estático, ya que actualmente se está interviniendo sobre él. Asimismo, anteriormente el Consell de Mallorca realizó una serie de actuaciones sobre algunos de los elementos construidos, por lo que, hasta la fecha, los volúmenes originales ya han sufrido intervenciones contemporáneas.

En relación al conjunto edificatorio correspondiente al antiguo monasterio, encontramos tres partes diferenciadas en cuanto a su estado de conservación; en primer lugar, los pórticos, en la explanada de llegada, reconstruidos en los años 90 y que no formaban parte del monasterio original, las zonas situadas en el sur del conjunto (antigua capilla, horno y pajar) que actualmente se están rehabilitando y las casas antiguas (celdas de los monjes), que se encuentran en estado de ruina.

Las casas que componían el antiguo monasterio (celdas de los monjes) se están deteriorando rápidamente, siendo la parte más afectada la de la zona suroeste, junto al mar, más expuesta a los vientos, y donde solo quedan restos. de cerramiento de muros perimetrales, que en muchos casos no llegan al metro de altura. En la zona noreste se mantienen en pie los muros laterales y central, la fachada principal y parte de la cubierta, correspondiente al lado norte, ya que el lado sur se ha derrumbado. En cualquier caso, el volumen se encuentra desprotegido en la cara sureste y en la zona donde se ha demolido la cubierta, haciendo que los pisos y paredes interiores estén más expuestos a la intemperie, de hecho, el piso intermedio se encuentra en mal estado de conversación.

A pesar de estar parcialmente en pie, la vertiente norte de la cubierta está sufriendo actualmente el colapso progresivo de la viga, lo que está provocando su degradación e indicando el peligro de colapso. Asimismo, la caída de elementos constructivos (vigas, tejas, ...) de la cubierta sobre la losa interior, ya degradada por la humedad que también afecta al muro de cierre, hace crítica la situación actual y requiere una intervención de consolidación urgente.

Como ya hemos dicho, hacia los años 90 el Consell de Mallorca llevó a cabo una serie de intervenciones tanto en las terrazas, como en la reconstrucción de la bóveda de la capilla, el molino de sangre, la antigua caseta del taller y los pórticos de la explanada de llegada.

Actualmente, y tras el proyecto de rehabilitación elaborado por un equipo de arquitectos voluntarios, se están llevando a cabo tareas de rehabilitación arquitectónica en el conjunto para su transformación en refugio de montaña. Estas obras ya han comenzado, y están bastante avanzadas en la zona de los antiguos hornos, el pajar y la capilla, siguiendo criterios de bioconstrucción y recuperación de la técnica constructiva tradicional.

El objeto de la intervención no es solo llevar a cabo una restauración del patrimonio arquitectónico, sino aprovechar la oportunidad de implementar una restauración siguiendo un modelo de bioconstrucción, en la que tienen cabida las técnicas y materiales tradicionales, así como la implementación de nuevos materiales para la adecuación de edificios respetuosos con el medio ambiente, equilibrados en recursos y con balance energético positivo. 

En cuanto al grupo etnológico, las terrazas presentan, en general, un mejor estado de conservación en los sectores más cercanos a las casas, y peor en las terrazas superiores que se encuentran más alejadas, hecho que se explica por la dificultad de acceder a las terrazas superiores. Muchos de los márgenes originales presentan deslizamientos que dificultan la contención de los terrenos y, por otro lado, el hecho de que no estén cultivados compacta la superficie terminada, haciéndola impermeable, lo que favorece la escorrentía superficial. La recuperación de los cultivos en las terrazas es una iniciativa que repercute positivamente en su mantenimiento, pero urge realizar intervenciones de restauración en los márgenes deteriorados. Algunas ya han sido intervenidas durante el trabajo voluntario, recuperando las antiguas líneas en aquellos puntos que fueron demolidos o en mal estado.

En relación al conjunto hidráulico, su estado de conservación es regular. En cuanto a la segunda mina, se encuentra en estado de ruina, debido al derribo del margen donde se ubica. Se han realizado trabajos de mantenimiento, limpieza de minas y canales, así como una primera restauración del canal cerámico externo de interconexión entre las minas y la piscina, que distribuía el agua a las viviendas y que también se ha restaurado.

En cuanto a los yacimientos, el estado de conservación del yacimiento talayótico-medieval es precario, solo quedan partes identificables y una gran mancha cerámica. En cuanto al sitio Medieval Islámico-Moderno, que engloba todo el complejo hidráulico, el estado de conservación es regular.

Una parte importante de la finca La Trappe está formada por la zona verde natural, en la que no intervino el hombre. El estado de conservación de esta parte ha sido muy influenciado por el efecto de los incendios de 1994 y 2013, que modificaron el paisaje, el estado de conservación de los diferentes hábitats y su manejo. A los efectos del incendio, se sumará la posterior acción del escurrimiento superficial sobre las cenizas y sobre el suelo fértil. A pesar de los trabajos de reforestación, no se ha alcanzado el estado de cobertura vegetal agrícola y forestal anterior al incendio de 1994, por lo que podemos decir que La Trapa actualmente tiene características muy alejadas de la vegetación potencial de la zona.

5.3 Estado de conservación del medio ambiente.

El entorno de La Trapa, ubicado en el antiguo valle de San José, está conformado por el paisaje que rodea las 81 hectáreas de la finca y que es un terreno natural, entre el monte de ses Basses y el puntal de La Trapa, que También incluye parte de la costa en forma de grandes acantilados costeros.

El ecosistema dominante en el entorno de La Trapa es el monte bajo, diferenciando zonas con olivar y otras con matorral de romero y brezo. El pinar, que constituye la cubierta más común de la garriga, fue destruido durante el incendio forestal de 1994, agravado por el incendio posterior de 2013, así mismo, estos dos incendios provocaron la degradación de la cubierta olivarera de la garriga, que también se encuentra actualmente amenazada. por la presión herbívora que ejercen las cabras salvajes que se encuentran en el medio.

Actualmente, a pesar de la reforestación y recuperación de la cubierta vegetal, no se ha alcanzado el estado anterior al incendio. Sin embargo, en la actualidad, el estado de conservación del medio natural es bueno y se está trabajando en la recuperación ecológica del lugar.

6. Descripción y justificación de la delimitación de la propiedad y el medio ambiente de protección

6.1 Descripción y justificación de la delimitación de la propiedad.

Como se ha explicado a lo largo de este informe, el elemento con significados y valores patrimoniales lo constituye la propia finca La Trapa, donde encontramos un conjunto de elementos urbanizados (antiguo monasterio), así como una serie de infraestructuras del tipo rural (molino, época, terrazas, ...) y un espacio natural que constituyen un lugar de gran interés histórico, social, etnológico, geográfico, arquitectónico y biológico.

Dado que en el entorno no se observa ningún otro elemento que fuera parte del conjunto original, el elemento delimitado como BIC es la parte de la finca Trapa, parcela catastral número 436, que aún presenta estructuras que fueron construidas por el hombre. Es decir, aquella parte de la finca que fue modificada por la acción humana, por lo tanto, engloba todos los elementos etnológicos y constructivos mencionados en este informe.

La superficie total cubierta por el BIC es de 154.779 m2.

6.2 Descripción y justificación de la delimitación del medio ambiente.

Se delimita una envolvente del elemento BIC declarado como un entorno de protección que permite garantizar la preservación de sus valores patrimoniales actuales, que en este caso debe orientarse principalmente, además de su necesaria conservación física y tipológica, a la preservación de su significado simbólico como un elemento. vinculados a la concienciación sobre la conservación del territorio. Se incluye la cuenca visual en la que se ubica el BIC, hasta el mar, así como una parte de la vía de acceso, como se indica en la delimitación gráfica adjunta.

La delimitación del medio ambiente de protección se ha establecido a partir de la valoración conjunta de una serie de variables, con el fin de preservar el significado y valores completos del bien cultural: estado de conservación de los elementos, preservación física del bien, conservación de su tipología y usos y visualización de los mismos desde el propio entorno, tal y como se refleja en la delimitación gráfica adjunta

La superficie total cubierta por el medio ambiente de protección es de 987 751 m2.

7. Principales medidas de protección y criterios de intervención en el inmueble y su entorno

7.1 Medidas de protección del propio inmueble.

En cuanto al BIC, se debe garantizar su conservación en su estado original, lo que queda del original, tanto de los elementos construidos (casas de posesión, infraestructuras rurales ...) como del paisaje, admitiendo únicamente aquellas intervenciones que tengan como objetivo su consolidación, conservación y restauración y, en casos excepcionales, la recuperación de algunas de sus características originales y de sus usos originales. En cualquier caso, las intervenciones deben ser las mínimas necesarias para la buena conservación del elemento.

En cuanto a los elementos construidos, las partes del elemento original que han sobrevivido deben conservarse en su totalidad, tanto en cuanto a configuración volumétrica como en aspectos más específicos como materiales, técnicas constructivas, etc.

A excepción de los elementos que ya han sido rehabilitados, como el molino de sangre, el pajar, o la capilla, las construcciones del conjunto edificatorio correspondiente al antiguo monasterio, se están deteriorando de forma acelerada, con algunas partes en estado de conservación. ruina. lo que hace que la situación actual se considere crítica y requiera una intervención urgente de consolidación. Es importante, para garantizar la conservación del inmueble y su futura rehabilitación o reforma, realizar labores urgentes de mantenimiento, estabilización y protección. Estas medidas urgentes de conservación del inmueble también pueden extenderse a otros elementos construidos, como terrazas, minas u hornos ... 

Para los trabajos de conservación y restauración de los elementos construidos se utilizarán los materiales del momento de su construcción, evitando cualquier reconstrucción excepto las necesarias para la estabilidad o para evitar una degradación inminente, siempre con el criterio de realzar la imagen original y con el impacto paisajístico mínimo de las intervenciones sobre los elementos mismos y sobre las intervenciones en su entorno.

Habrá que tomar las medidas adecuadas para evitar actos vandálicos, que pueden contribuir a la degradación acelerada del elemento, pero, como hemos dicho, también habrá que llevar a cabo las medidas necesarias para evitar que avance la degradación de los edificios. , poniendo en peligro la conservación del propio inmueble.

Como criterio general, para las intervenciones que deban realizarse en esta propiedad se tendrán en cuenta los aspectos arqueológicos.

Las intervenciones más allá del simple mantenimiento, deben contar con la participación de un equipo interdisciplinario en el que, en su caso, participen, además del arquitecto y el ingeniero de edificación, un historiador / historiador del arte, un arqueólogo y un conservador-restaurador.

Las medidas de protección del predio deben tomar en cuenta el aspecto natural y paisajístico de la finca, recordemos que el 95% de la superficie de la Trapa es masa forestal (hoy en día, después de los incendios, garriga) por lo que las medidas de Protección también deben estar dirigidas a la conservación o restauración de los valores naturales del área, el mantenimiento del paisaje y la calidad ecológica, la protección integral de los ecosistemas, comunidades y elementos bióticos y abióticos y la preservación de los procesos ecológicos naturales que se producen. 

Estos objetivos requieren de una serie de herramientas de gestión y control que determinen actuaciones concretas, enfocadas a la gestión de los diferentes hábitats que encontramos en La Trapa y la conectividad entre ellos, conjugando los usos que están presentes:

- Recuperación de hábitats degradados (cubierta vegetal, etc.).

- Recuperación agrícola y forestal.

- Recuperación de la cubierta vegetal.

- Manejo preventivo contra futuros incendios.

- Conservación de las especies más relevantes y control de especies invasoras, como las cabras.

- Promoción de la producción agrícola como estrategia de conservación.

- Planificación y gestión del paisaje.

El paisaje de La Trapa constituye una realidad dinámica ya que es el resultado de procesos ambientales, sociales y culturales que se han producido a lo largo del tiempo en el territorio. Estos procesos están marcados por las formas de vida, políticas, actitudes y creencias de cada sociedad. Por tanto, es necesario conocer la evolución histórica del paisaje, identificar y caracterizar sus principales rasgos y estimar sus valores para actuar, desde el conocimiento, a favor de la salvaguarda y fortalecimiento de los valores culturales y ambientales. que definen su carácter e identidad. . El futuro del paisaje depende de las acciones que se lleven a cabo en el presente, en cada momento. Para actuar con coherencia y asegurar su sostenibilidad, es necesario partir de un conocimiento exhaustivo del paisaje, lo que implica identificar sus elementos constitutivos, articularlos en todo el paisaje y desentrañar los procesos históricos y actividades socioeconómicas que han influido en su configuración. El propósito no debe ser fosilizar el paisaje, sino promover una evolución capaz de garantizar la supervivencia de sus valores y carácter.

Además de ser dinámico, el paisaje es una realidad compleja y difícil de gestionar. Tal complejidad reside en su propia naturaleza, en la que intervienen componentes naturales y culturales, materiales e inmateriales, tangibles e intangibles. Todos ellos son constitutivos del paisaje y deben tenerse en cuenta, ya que su carácter y las diferentes formas de percepción resultan de su combinación.

7.2 Medidas de protección ambiental.

La Trapa se encuentra en plena Sierra de Tramuntana, por tanto, en un entorno protegido por diferentes figuras (Espacio Natural, ZEC, ZEPA, Red Natura 2000 ...) y próximo al Parque Natural de Sa Dragonera. Este hecho determina la gestión a realizar en la zona y las medidas de protección a considerar.

La delimitación del entorno de protección tiene como objetivo, en primer lugar, una protección física del inmueble, que irá desde la protección física de los elementos constructivos que encontramos en el inmueble y los elementos naturales que componen el territorio y no edificado. paisaje, a la conservación de aquellos aspectos más estéticos, de contemplación de todos los elementos incluidos en la finca.

La otra de las principales funciones de este ambiente protector es la preservación de las visuales de la propiedad, ligada, en un elemento de esta naturaleza y en un lugar tan característico, a su significado y sus valores esenciales. Por tanto, las actuaciones en esta zona no se podrán realizar sin tener en cuenta los aspectos de mejora de la contemplación de este lugar desde los puntos donde se visualiza el bien en sí desde el entorno, ni las visuales de éste hacia el entorno.

Por tanto, en el ámbito de la protección del medio ambiente, no podrán llevarse a cabo actuaciones que no tengan una adecuada relación con el inmueble, ni todas aquellas que utilicen materiales o técnicas inadecuadas. Es posible que no se instalen elementos que perturben la visualización de lo bueno a lo bueno. No se podrán realizar acciones que afecten la contemplación del inmueble, desde el punto de vista de aspectos más formales de geometría y volumetría hasta aspectos de tratamiento superficial como cromatismos o acabados, ni acciones que alteren lo visual desde lo bueno hacia su alrededores.

Y finalmente, uno de los principales objetivos de la protección del medio ambiente es garantizar la conservación y protección de los valores paisajísticos de La Trappe, que conforman la suma de los valores naturales y ecosistemas que definen y dan valor al inmueble. .

La protección de la propiedad pasa en este caso, y sobre todo en lo que respecta a la conservación del ecosistema y el paisaje de la propiedad, por la conservación de su entorno, es decir, por la protección del ecosistema natural que rodea la finca de La Trapa. y que garantiza el mantenimiento del ecosistema de la propia finca, que no se entiende sino en el contexto natural en el que se encuentra.

Las medidas de protección ambiental, así como las medidas de protección del espacio natural de la finca La Trapa, deben estar encaminadas a la conservación o restauración de los valores naturales de la zona, el mantenimiento del paisaje y la calidad ecológica, la protección integral de ecosistemas, comunidades y elementos bióticos y abióticos y la preservación de los procesos ecológicos naturales que se desarrollan.

La Ley 12/1998 trata la cuestión de los criterios de intervención en los entornos de protección de bienes de interés cultural en su artículo 41.3, señalando que el volumen, tipología, morfología y color de las intervenciones en los entornos de protección de estos bienes no pueden alterar la carácter arquitectónico y paisajístico de la zona o perturbar la visualización de la propiedad. Asimismo, se prohibirá cualquier movimiento de tierra que implique una alteración grave de la geomorfología y topografía del territorio y cualquier vertido de basura, escombros o desperdicios.

En todo caso, deberá cumplir con lo dispuesto en la Ley 12/1998, de patrimonio histórico de las Illes Balears, especialmente en sus artículos 3 (colaboración de particulares), 22 y 23 (protección general del patrimonio histórico y patrimonio de conservación). , 24 (suspensión de obras), 26 (deber de conservación), 27 (incumplimiento de deberes de conservación), 28 (reparación de daños), 29 (informes y autorizaciones), 31 (colocación de elementos exteriores), 37 (autorización de obras), 40 (licencias) y 41 (criterios de intervención en bienes de interés cultural) y 45 (bienes muebles incluidos en un bien de interés cultural).

Tras analizar la historia y evolución de la finca La Trapa, podemos concluir que reúne una serie de valores: 

- Valor histórico, social y etnológico, ya que La Trappe es el único ejemplo de residencia de los monjes trapenses en Mallorca y es testigo de un momento histórico y social concreto. Asimismo, la residencia de los monjes en La Trappe inició una relación del lugar con la naturaleza basada en la gestión de los recursos existentes, que se materializó en una arquitectura específica y la ejecución de infraestructuras singulares (edificadas y agrícolas), basadas en técnicas de construcción tradicional. , un ejemplo de patrimonio etnológico y de trabajo conjunto con profesores locales.

- Valor como ecosistema natural, ya que La Trappe constituye un ejemplo único de la biodiversidad característica de la Serra de Tramuntana, con multitud de especies vegetales y animales, donde destaca la ornitofauna, con la presencia de más de catorce tipos de orquídeas, endemismos botánicos, etc. De hecho, La Trapa forma parte de la Red Europea de Reservas Biológicas Privadas (EUREL) y también es un refugio de caza. En la actualidad, la Reserva está declarada Zona de Especial Interés para las Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC), formando parte de la Red Natura 2000.

- Valor como paisaje cultural: en diciembre de 1992, el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO adoptó las revisiones de los criterios culturales de la Guía Operativa para la Implementación de la Convención del Patrimonio Mundial e incorporó la categoría de paisajes culturales. El paisaje cultural es el resultado de la interacción en el tiempo entre las personas y el medio natural, cuya expresión es un territorio percibido y valorado por sus cualidades culturales, producto de un proceso y soporte de la identidad de una comunidad. El conjunto de La Trappe ejemplifica claramente esta convivencia entre el hombre y la naturaleza.

- Valor como modelo de autogestión: El modelo de gestión de La Trapa llevado a cabo por el GOB es un ejemplo de gestión basada en la custodia del territorio, con un modelo experimental e innovador, con la participación de la sociedad civil.

- Valor como mosaico agroforestal: La Trapa se caracteriza por su estructura de mosaico agroforestal donde tanto las actividades agrícolas tradicionales (agricultura, pesca, ...) como otros usos más recientes relacionados con el disfrute social del medio natural y rural (senderismo, caminata , deporte, ...). Incrementar la complejidad del paisaje a su vez garantiza la funcionalidad ecológica y el uso de los recursos propios del territorio, además, es vital mantener la biodiversidad, el paisaje y controlar los grandes incendios forestales.

Entre las diferentes categorías que ofrece la ley, una vez realizados los estudios pertinentes, y de acuerdo con la información que se ha puesto a disposición hasta el momento, entendemos que la figura que mejor se ajusta a las características de este elemento es la de Interés Etnológico. , tal y como se define en el artículo 6.5 de esta ley, dado que se trata de un lugar o entorno natural con edificaciones o equipamientos vinculados a los modos de vida, cultura y actividades tradicionales de los baleares que merecen ser preservados por su carácter etnológico. valor.

Así, por las razones que aparecen en este informe, se propone iniciar un expediente para la declaración de La Trapa (Andratx) como Bien de Interés Cultural con la categoría de Lugar de Interés Etnológico, con la delimitación del Inmueble y la entorno protegido contenido en la documentación gráfica adjunta.