El otoño es tiempo de lluvias y, muchas veces, estas van acompañadas de fuertes vientos que hacen casi imposible desplazarse de un lugar a otro sin mojarse, por más que lleves paraguas. ¿Cuántas veces se te ha puesto del revés y se le han roto un par de varillas?
La mayoría de paraguas baratos no aguantan más de una o dos tormentas, por lo que, al romperse tan a menudo, acabamos reafirmándonos en la idea de que no debemos gastar ni un euro de más en este objeto, ya que conseguir que dure toda la temporada de lluvias parece misión imposible.
Sin embargo, los paraguas resistentes al viento o no son seres mitológicos, existen y no son tan caros como te piensas. A continuación te explicamos en qué te debes fijar si vas a comprar un paraguas, si quieres que te dure (si eres de los que siempre se lo deja en la paragüera de la oficina o de la biblioteca, es un caso aparte).
Cómo elegir un buen paraguas
El material de la montura del paraguas es muy importante. Los de aluminio son los más ligeros y resistentes, después de los de fibra de vidrio -más difíciles de encontrar-. Los de acero también podrán ser bastante resistentes, pero más pesados. Los que debes descartar son los de madera que, aparte de pesar, son más frágiles.
Además, es primordial que compruebes que el paraguas que vas a comprar tiene estructuras antiviento, que permiten que se dé la vuelta sin romperse. Si tiene más varillas de lo normal, es buena señal, ya que harán más resistencia contra el viento.
La parte que te cubre también es importante. Según el tipo de tejido, será menos resistente a los golpes de viento y terminará doblándose. Aunque digan que da mala suerte, abre el paraguas dentro de la tienda para comprobar la firmeza.
Si lleva etiqueta, comprueba si es de poliéster, que suele ser de una calidad superior al nylon. Fíjate también si es de secado ultrarápido, te será muy útil para no ir goteando por todas partes.
Otros aspectos que debes tener en cuenta es si tiene filtro de protección solar o franjas reflectoras, por si lo debes usar en la oscuridad.
En este apartado entramos a tocar los gustos personales. Los paraguas plegables y pequeños son perfectos para aquellas personas previsoras que les gusta llevarlo siempre encima para no encontrarse nunca en un apuro. Sin embargo, estos suelen tener un diámetro más pequeño, por lo que cubren menos. Si llevas una mochila o un bolso de gran tamaño, seguramente se mojará.
Los grandes cubren más y dan la sensación de ser más robustos; lo cierto es que son más resistentes. Son ideales para los días que sales de casa sabiendo que no va a parar de llover. Otro aspecto a favor de este tipo de paraguas es que es más difícil dejártelo, ya que se ve más.
Tener uno de cada es la mejor opción. En términos deportivos, el grande, como titular, y el plegable, como reserva.
Por último, toca comentar los paraguas automáticos. Resultan realmente cómodos, pero hacen que el objeto sea más pesado.
Hay que hacer también una mención especial a los paraguas que se cierran al revés, los más cómodos para no mojarte.
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