Trabajo cualificado en un lugar de ensueño, por Nuria Luna

2022-07-02 10:58:26 By : Ms. Luna Min

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De todos es conocido que el turismo y, más concretamente, la llegada de turistas internacionales a nuestro país, es un pilar básico para la economía española. En un territorio en el que el sector terciario representa casi tres cuartas partes del PIB, a nadie le extraña que la actividad turística se haya convertido en un motor económico esencial.

Turistas en las playas valencianas 

El goteo o chorro de gente que llega a la Comunidad Valenciana cada día por tierra, aire y mar, es el mejor termómetro de competitividad turística. Según InterNations Valencia es la mejor ciudad del mundo para vivir según expatriados y aunque esto los valencianos ya lo sabíamos, ahora también se ha enterado el resto de España pues volvemos a liderar la tabla nacional y nos colocamos en quinta posición detrás de Canarias, Baleares, Cataluña y Andalucía.

Sé que nuestro clima y nuestra orografía es un don divino de nuestra tierra, así como el mar, luego está la gente tan maravillosa y también toda la red turística que hemos tejido en nuestra querida Valencia. La pregunta es… ¿hay otros sectores tocados también por lo divino? En el caso de que no, ¿podemos hacer algo porque ellos vayan a tocar a la divinidad?

Todas las empresas, en especial la pequeña y mediana y los autónomos, nos encontramos en un momento de máxima preocupación, no sólo por la complicada situación y el entorno de incertidumbre, sino porque a esto se le suma el desgaste del efecto pandemia. Así que llegados a este punto me pregunto si no sería un buen momento para ponernos a trabajar juntos y enfocados para la reactivación de la economía.

Podríamos empezar por preguntarnos qué papel queremos que juegue la industria en nuestro país.

Apostar por la industria no es dejar de lado al turismo. Alguien tenía que decirlo… El turismo y la industria son complementarios, no excluyentes. Es ahora o nunca. Como la maternidad de un segundo hijo. Lo que hagamos con este presente marcará nuestro futuro y el de las próximas generaciones. Tocar fondo es siempre un buen punto de partida.

La incertidumbre es el microbioma de cualquier empresaria, capaz de vivir en un estado permanente de inseguridad asegurada, que hace de su zona de desconfort su zona de confort, especializada en la gestión de riesgos y gran conocedora de la necesidad de maximizar los escasos y limitados recursos con visión de futuro.

Igual la administración puede intervenir en esto de tener un segundo hijo en la descendencia de sectores con futuro. La colaboración público-privada, a pesar de la burocracia que tenemos que soportar, puede ser un aliado en el lobby que favorece la recuperación de la industria. ¿Por qué debería de serlo? Pues se me ocurre alguna idea como la de que el empleo que ofrece la industria es de mayor estabilidad y calidad.

¿Os suena lo de la gigafactoría de Power Electronics? Creo que a nadie nos cabe ninguna duda sobre la generación de puestos directos e indirectos que el desembarco va a llevar implícito. Además, importaremos talento porque generaremos una atracción imbatible: un trabajo cualificado en un lugar de ensueño [sin corredor Mediterráneo, eso sí… pero este tema es ya otra columna].

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